¿Por qué niños?

Un poco de historia

En 1778, Ezra Stiles, presidente de la Universidad de Yale, en Estados Unidos, escribió su discurso presidencial inaugural en un fluido hebreo bíblico. Hoy en día esta clase de cosas parecen una locura, extrañas, imposibles de esperar. Pero queremos que tal hazaña se convierta en algo poco sorprendente, algo que mucha gente pueda hacer. En aquel entonces, el estudio del hebreo bíblico era obligatorio en Yale. Los líderes del lugar hicieron hincapié en el estudio del hebreo como un bastión contra un giro ideológico no deseado.

Ahora déjame contarte un poco más acerca de Ezra Stiles: él leía un capítulo de la Biblia hebrea cada mañana, y solo entonces, se permitía tomar el desayuno. ¡Pero lo que es más sorprendente es que enseñó a su mujer y a sus niños hebreo, e hizo que la recitación diaria de un pasaje en hebreo formara parte de la rutina familiar para todos! En mayo de 1771, escribió que su hijo de 12 años “empezó a traducir el primer Salmo. Le he propuesto que traduzca solo uno o dos versos al día, antes del desayuno”. Ezra Stiles no estaba solo.

Samuel Johnson, presidente del Kings College en el siglo XVIII, enseñó hebreo bíblico a sus hijos. ¡Afirmaba que sus dos hijos dominaban el hebreo a los diez años! Ten en cuenta que estos hombres tenían una fracción microscópica de los recursos, el tiempo libre, la tecnología y la riqueza que tenemos hoy en día. Y, sin embargo, nuestra tendencia hoy es sacudir la cabeza en señal de tolerancia divertida ante sus excentricidades. ¿No es cierto? Permíteme mencionar a otro lunático del hebreo de la historia.

En el siglo 19 William Rainey Harper, el primer presidente de la Universidad de Chicago, tenía una gran visión. Quería ser el catalizador de una revolución del hebreo, y su plan era enseñar el lenguaje a millones de cristianos. Nunca logró su gran visión, pero estamos nosotros dispuestos a hablar de cómo esta visión está al alcance, pero ahora en una escala mayor.

Un comienzo joven

Una de las razones por la que la mayoría de las personas no aprenden los lenguajes bíblicos, o no logran mantener el conocimiento adquirido de los mismos, es sencillo: no comenzaron a aprender a una edad temprana. No es un secreto que hay que comenzar de joven si uno quiere aprender algo como un instrumento o un deporte. Es muy raro encontrar a alguien que sea experto en tocar la guitarra y que comenzó a aprender a la edad de 30 años, estando casado y siendo padre de familia. Los mejores futbolistas no tocan la pelota por primera vez durante su carrera universitaria. Sin embargo, y por alguna razón desconocida, nuestra expectativa es que los pastores y líderes logren dominar los lenguajes bíblicos cuando son adultos, ¡sin previa experiencia y práctica! Aunque no tiene sentido, ha sido la práctica normal por siglos, y es por una sencilla razón: es que hasta ahora no ha habido nunca una manera por la cual los niños normales aprendan. Es cierto que en ocasiones nace un niño extraño a quien le encanta leer gramáticas complejas del hebreo a la edad de 5 años, pero no es usual. A los niños normales no les gusta memorizar paradigmas y reglas de gramática. Difícilmente consigues que una niña de 6 años pase tiempo estudiando fichas de vocabulario de un lenguaje antiguo.

Por todo esto no es sorprendente que nos hayamos acostumbrado a un ciclo dañino: 1) crecer, 2) estudiar los lenguajes bíblicos en la universidad o el seminario, 3) olvidar todo lo aprendido, 4) mantener una esperanza de que por una manera u otra la siguiente generación tendrá mejores resultados. En cambio, no es así para los demás idiomas. Todos sabemos que nuestros hijos tienen que comenzar temprano para entender y hablar bien el inglés o el francés, y además hay que enseñarles estos lenguajes en una manera natural, ¡tienen que aprender por el método de entrada comprensible!

En su carrera del seminario muchas personas hacen un esfuerzo por evitar el estudio de los lenguajes bíblicos porque, en el fondo, saben que jamás podrán dominar estos idiomas de la manera que podrían si hubieran comenzado su estudio en la niñez. Todos tendemos a evitar lo desconocido y buscamos la salida fácil. Por esto no es sorprendente que el liderazgo eclesial se haya convertido cada vez más en lo que David Wells llama “una nueva orden de tontos sagrados”, personas de segunda mano que no pueden escudriñar la Biblia por sus propios medios.

Pero, ¿y si empezáramos a enseñar el griego o el hebreo a nuestros niños antes que pudieran siquiera caminar? En Aleph con Beth creemos que esto es posible ahora, ¡y ya se ha hecho una realidad! Queremos ver una revolución en la manera en que la gente piensa sobre el entrenamiento de los lenguajes bíblicos. Con nuestros vídeos, por primera vez los niños tienen la oportunidad de absorber el sonido y la  estructura del hebreo de una manera que disfrutan, ¡incluso parece divertido! Pueden internalizar el lenguaje de una edad temprana con toda la energía de un joven sin hacer esfuerzos. Y cuando crezcan, el hebreo no les parecerá desconocido ni difícil. Al contrario, se inclinarán por estudiarlo más, simplemente porque crecieron con él, al igual que Mozart creció tocando el piano desde los 3 años.

Puede que aún tengas objeciones a la idea. Tal vez tienes dudas por ser algo nuevo, o tienes miedo de permitir que tus hijos tengan acceso a las pantallas a una edad temprana. Hablemos de esto.

No quiero que mis hijos crezcan frente a una pantalla

Esta es una preocupación típica para muchos, pero la mayoría no ha investigado los estudios de las últimas décadas. Muestran que los niños que crecen con videojuegos y viendo programas con moderación en realidad son más inteligentes que las generaciones anteriores. Sus puntajes de coeficiente intelectual están subiendo, no bajando. Ya en 2005, autores como Steven Johnson trataban este fenómeno. Va en contra de las expectativas de todos. Estamos acostumbrados a quejarnos que la humanidad se está volviendo más tonta, como si esto fuera conocimiento irrefutable. Pero Johnson presenta dos datos principales bastante impactantes:

  1. Según casi todos los estándares que usamos para medir los beneficios cognitivos de la lectura (atención, memoria, seguimiento de hilos, etc.) la cultura popular no literaria ha estado volviéndose poco a poco más desafiante durante los últimos treinta años.
  2. Cada vez más, la cultura popular no literaria está perfeccionando diferentes destrezas mentales que son tan importantes como las que se ejercen al leer libros. (Todo lo Malo Es Bueno para Ti)

Por lo tanto, un tiempo de entre 20 minutos a una hora diaria de Aleph con Beth definitivamente no dañará el desarrollo de un niño. Más bien, será el comienzo de una nueva reforma en la Iglesia produciendo que los niños se conviertan en hombres y mujeres que saben profundizar en la Palabra más que cualquier generación anterior.

¿Y qué si mi hijo no quiere ser pastor cuando crezca?

No hay nada en la Biblia que nos lleve a la conclusión que la lectura de las Escrituras en los lenguajes originales se reserva para los pastores, ancianos, sacerdotes o algún otro oficio especial. Al contrario, vemos una y otra vez que todo el pueblo de Dios debe atesorar y honrar Su Palabra tanto como sea posible (por ejemplo, Salmo 119). Si queremos llegar a ser más como el varón del Salmo 1, cuya delicia está en la ley de Yahvé, y que medita en ella de día y de noche, tendremos que hacer todo lo posible para comprender Su Palabra. Salmo 78:5-7 dice: “El estableció testimonio en Jacob, Y puso ley en Israel, La cual mandó a nuestros padres Que la notificasen a sus hijos; Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos, A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden de las obras de Dios Que guarden sus mandamientos.” Todos queremos que nuestros hijos pongan su esperanza en Dios, entonces, ¿por qué no enseñarles cómo profundizar lo máximo posible en Su Palabra? Como escribió William Gurnall, el gran enamorado de Dios del siglo XVII:
Oh, haz lo mejor que puedas mientras son jóvenes y están bajo tu cuidado constante, para ganarlos para Dios y ponerlos en el camino al cielo.
Y una manera maravillosa de ponerlos en este camino es criarlos para que estén íntimamente familiarizados con la Biblia, capaces de usar correctamente y fielmente la palabra de verdad (2 Tim 2:15). A largo plazo planificamos el desarrollo de aún más recursos para que los niños aprendan el hebreo además de nuestros vídeos. Queremos servir a los padres de todas formas posibles para que esto sea una realidad. Así que te invitamos a adoptar un nuevo paradigma: hacer que el hebreo (¡y el griego algún día!) sea la nueva normalidad para criar a niños y para el discipulado cristiano. No es imposible. No cuesta nada. Es una alegría. ¿Qué tienes que perder? ¡Y tú y tus hijos tienen mucho que ganar!
“Cuando recientemente comencé a aprender el hebreo, me enojé muchísimo que el Lenguaje Sagrado no se ha enseñado en los países supuestamente cristianos como el mío…. Verás, acá en Uganda, a los niños musulmanes se les enseña el árabe básico para que puedan leer el Corán. Los líderes religiosos musulmanes dominan incluso el árabe, lo que les da una mejor comprensión de su “libro” y religión. Los sacerdotes católicos romanos también tienen un conocimiento práctico del latín. Pero, lamentablemente, a nosotros, los protestantes, nunca nos enseñaron nuestro idioma, el idioma de las Sagradas Escrituras: el hebreo. Por esto creo que nos falta conocimiento con respecto a la Palabra de YHWH…. Por lo tanto, agradezco a Aleph con Beth por enseñarnos hebreo gratis y por hacerlo de manera excelente. Oro para que algún día se enseñe hebreo en los países cristianos desde la primera infancia para que los niños cristianos crezcan leyendo la Biblia en el idioma de su contexto original. Por eso estoy a los 44 años haciendo Aleph con Beth junto con mi hija, Eden, de 9 años.” –Moses Musinguzi